Julián Ríos es un joven de 17 años que ha diseñado un brasier que utiliza sensores e inteligencia artificial para realizar diagnósticos de cáncer de mama más precisos y seguros.

“A mí madre le amputaron los dos senos y estuvo a punto de perder la vida por un mal diagnóstico”, declaró.



Debido a la experiencia que tuvo con su mamá, Julián y cuatro de sus compañeros, se dieron a la tarea de desarrollar un método para diagnosticar cáncer que pudiera ser más certero que la autoexploración y que fuera menos riesgoso que las mamografías, cuya radiación y compresión puede provocar la propagación de células cancerígenas en todo el cuerpo, según indica la National Breast Cancer Foundation y un estudio publicado en el British Medical Journal.

El funcionamiento del brasier

“Eva”, el brasier creado por los jóvenes, integra 200 pequeños biosensores que se encargan de mapear la superficie de la mama y determinan la conductividad térmica por zonas.



Ríos indicó que cuando se registra más calor en algún área, significa que el flujo sanguíneo es mayor porque algo como el cáncer, está alimentando esos vasos.

Asimismo, los algoritmos que desarrollaron para el brasier, tienen la capacidad de comparar con una base de datos de 1,000 pacientes con cáncer, quienes a su vez agrupan 20 imágenes termográficas cada uno, lo que permite determinar el tipo y fase del cáncer.

“El algoritmo lo que hace es que de los datos térmicos que recopilan los sensores, mide las curvas de conductividad térmica. Quistes y malformaciones tienen diferentes curvas. El algoritmo ve la curva y dice, ésta se asemeja muchísimo a la de un quiste a partir de las imágenes de la base de datos que ya tenemos. Mediante los cientos de árboles de decisión, determina cuál tipo de cáncer es y en qué fase es más probable que se encuentre”, explica.

Fuente: Vanguardia 

Mexicano de 17 años inventó un brasier que detecta el cáncer de mama el cual lo llamo “Eva”

Julián Ríos es un joven de 17 años que ha diseñado un brasier que utiliza sensores e inteligencia artificial para realizar diagnósticos de cáncer de mama más precisos y seguros.

“A mí madre le amputaron los dos senos y estuvo a punto de perder la vida por un mal diagnóstico”, declaró.



Debido a la experiencia que tuvo con su mamá, Julián y cuatro de sus compañeros, se dieron a la tarea de desarrollar un método para diagnosticar cáncer que pudiera ser más certero que la autoexploración y que fuera menos riesgoso que las mamografías, cuya radiación y compresión puede provocar la propagación de células cancerígenas en todo el cuerpo, según indica la National Breast Cancer Foundation y un estudio publicado en el British Medical Journal.

El funcionamiento del brasier

“Eva”, el brasier creado por los jóvenes, integra 200 pequeños biosensores que se encargan de mapear la superficie de la mama y determinan la conductividad térmica por zonas.



Ríos indicó que cuando se registra más calor en algún área, significa que el flujo sanguíneo es mayor porque algo como el cáncer, está alimentando esos vasos.

Asimismo, los algoritmos que desarrollaron para el brasier, tienen la capacidad de comparar con una base de datos de 1,000 pacientes con cáncer, quienes a su vez agrupan 20 imágenes termográficas cada uno, lo que permite determinar el tipo y fase del cáncer.

“El algoritmo lo que hace es que de los datos térmicos que recopilan los sensores, mide las curvas de conductividad térmica. Quistes y malformaciones tienen diferentes curvas. El algoritmo ve la curva y dice, ésta se asemeja muchísimo a la de un quiste a partir de las imágenes de la base de datos que ya tenemos. Mediante los cientos de árboles de decisión, determina cuál tipo de cáncer es y en qué fase es más probable que se encuentre”, explica.

Fuente: Vanguardia 

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