Joan Sebastián señalado de haber ofrecido a niñas
menores de edad a los narcos.
Poco
después de cumplir 12 años, “Amanda” fue convertida en mensajera de Los Rojos:
un hombre, al que apodaban El Boloncho, la utilizó primero para enviar drogas y
armas a diversos puntos del estado de Morelos.
Más
adelante El Boloncho la explotó sexualmente en un prostíbulo de Taxco en el
que, según la averiguación previa PGR/SEIDO/UEITMPO/164/2014, el grupo criminal
ofrecía a los clientes niñas y adolescentes de entre dos y 20 años de edad.
Según
la declaración de “Amanda”, las “chicas” (como llamaban en el burdel a las
menores de nueve años) habían sido arrancadas en su mayor parte a migrantes
centroamericanos que al cabo fueron asesinados.
Las
“grandes” (de diez años en adelante), solían ser enganchadas del mismo modo en
que El Boloncho se apoderó de “Amanda”, a la salida de la escuela y bajo la
amenaza de que su padre y hermana serían asesinados si ella se negaba a cumplir
con lo que le ordenaban.
“Amanda”,
en compañía de la representante de una organización contra la trata de
personas, y en presencia de una sicóloga y dos testigos de asistencia, declaró
ante la Unidad Especializada en Investigación de Tráfico de Menores, Personas y
Órganos de la PGR que en una ocasión entró a las habitaciones en que se
encontraban las “chicas” y —citó textualmente la declaración—, “estaba ahí el
artista Joan Sebastián”.
De
acuerdo con el documento, “Joan Sebastián les decía a las ‘chicas’ que ellas
eran sus princesas y él las cuidaría como su papá”. Según “Amanda” les regalaba
zapatillas y “compraba los accesorios de todas, todo en oro”
Julieta
huérfana de padre, al cumplir 16 años es obligada por su madre a salir a la
calle a conseguir empleo. Encuentra una oferta en un bar de Cuernavaca. El
trabajo consiste en “preparar micheladas y cobrarlas”. El sueldo es de 700
pesos a la semana.
Así
comienza el descenso a la oscuridad. Una mesera apodada Azul lleva a “Julieta”
a un antro de Temixco: el Sexto Sentido. Le dice que solo tendrá que beber con
los clientes y bailar en la pista. Ganará diariamente entre mil 300 y tres mil
pesos.
Las
jóvenes fueron solicitadas poco después para dar servicio en un rancho. Era, de
acuerdo con su testimonio, el rancho de Joan Sebastian. Los tratantes le habían
mostrado un álbum de fotos con chicas, recuerda “Julieta”, y el cantante había
elegido a las que quería en la fiesta.
La
mayoría de las convocadas eran menores de edad, y Joan Sebastian, relata
“Julieta”, se refería a ellas como “la mercancía”. La Barbie se hallaban entre
los invitados, afirma la víctima.
“Julieta”
logró escapar después de ser explotada sexualmente durante más de tres años.
Nunca estuvo en el bar en el que fue explotada “Amanda”.
Fuente
InfoNoticias
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